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Así fueron las dos mágicas Noches de Museo en la Chacra 100
El pasado viernes y sábado pudimos disfrutar de dos noches repletas de historia, nada más ni nada menos que en el inigualable escenario de la Chacra 100, el lugar que fue el punto de partida de nuestra historia en estas tierras.
Cada año, por esta fecha, se celebra la tradicional “Noche de los Museos”, en la que se invita a recorrer los distintos museos de las ciudades y a participar de diversas actividades durante toda la noche. Este año, debido a la situación particular que estamos atravesando, fue necesario repensar este acontecimiento. Pero, como no queríamos perdernos esta fiesta, decidimos mudarla al aire libre.
Los vecinos y visitantes pudieron recorrer las instalaciones tan particulares de la Chacra 100, observado la muestra fotográfica “Instantes de nuestra memoria” y transportarse a la vida de nuestros antepasados a través de diversos objetos antiguos, que dicen mucho sobre sus costumbres y sus formas de vida.
La música y el bello paisaje de la Chacra 100 brindaron el entorno ideal para disfrutar de la noche y de los puestos de bebidas y comidas.
Agradecimientos
Desde la Municipalidad de Valle María, agradecemos a todos los que nos acompañaron en este evento. A quienes fueron a disfrutarlo y a quienes lo siguieron por las redes sociales. A los funcionarios que apoyaron la propuesta. A todo el personal municipal que trabajó mucho para lograr el espacio y la ambientación ideal. Al personal municipal que trabajó en la planificación, el diseño y la difusión del evento.
Asimismo, agradecemos a Aníbal Patterer por prestarnos los atriles para las imágenes. A Adrián y Pedro Dreiling por contribuir con algunas fotos. A Griselda Wendler y Oscar Stamm por ayudar a clasificar viejas diapositivas y por todo el aporte que han hecho al Museo. Al IAER por ayudarnos a digitalizar las diapositivas. A la familia de Eduardo “Cachi” Rohr por prestarnos y permitirnos exhibir la medalla ganada por Héctor Pedro Rohr en Brasil, al consagrarse campeón de peso pesado latino de box. A Daniel Sokolovsky por prestarnos dos cuadros del CAVM. A Benito Wittmann y familia por prestarnos distintos elementos. A Arturo Dalinger por colaborar con la troja. A la Agrupación Marienthal por contribuir con el carro y, especialmente, a “Manu” por acercarse con su caballo y vestimenta.
Extendemos un especial agradecimiento a Carolina y Juan, del programa MIRADA PROFUNDA, por compartirnos imágenes y entrevista. También a todos los medios de comunicación que se acercaron a cubrir el evento y a quienes le brindaron difusión. Agradecemos también al Club Atlético Valle María y a Barranco Bar por sumarse con sus propuestas gastronómicas y de bebidas
¡Muchas gracias a todos por su apoyo!
La Chacra 100
Uno de los objetivos de este evento, fue poner en valor este sitio tan importante, que fue donde llegaron nuestros antepasados, trasladados desde Diamante, en enero de 1878. Allí se encontraba la administración de la Colonia General Alvear.
En el lugar había un pozo de agua y tres galpones. Como estos últimos no tenían suficiente espacio para albergar a todas las personas (eran 1005 inmigrantes, en total), los hombres más jóvenes cortaron espartillos y los pusieron en bolsas para dormir algo más cómodo a la intemperie.
En uno de los galpones se almacenaban los alimentos (grasa vacuna, harina, arroz, maíz, sal, te, etc.). Cada familia tenía una libreta en la que se anotaban todos los elementos que se les entregaban para cocinar.
Nuestros abuelos estuvieron allí varios meses, con poca comodidad y escasos recursos, viviendo y conviviendo prácticamente a la intemperie.
El Museo Regional Hilando Recuerdos
Los objetos expuestos en la Chacra 100 pertenecen al Museo Regional Hilando Recuerdos: una casa donde se atesoran objetos, recuerdos e historias de vida de quienes llegaron a estas tierras y – con sacrificio, trabajo y amor – hicieron grande a nuestro pueblo.
Nació por iniciativa y gracias al esfuerzo del grupo de baile Raíces Alemanas, y se sostiene con apoyo de la Municipalidad.
Contiene numerosos objetos donados por vecinos de nuestra comunidad, que decidieron compartir un pedacito de la historia de sus familias. Estos objetos nos hablan de las personas que los usaron: de sus costumbres, sus hábitos sociales, su modo de vida. Hay muebles, prendas de vestir, libros, fotos, juguetes, y elementos que se usaban para trabajar en el campo y para realizar las tareas de la casa. También están las valijas con las que nuestros abuelos llegaron a estas tierras. Esas valijas venían con pocas pertenencias, pero repletas de sueños y esperanzas.
Uno de los mayores valores que posee el Museo es la casa en sí misma, que pertenece a la familia Leikam. Esta casa nos cuenta la historia de cómo nuestros antepasados aprendieron a vivir y sobrevivir 100 años en Rusia: agrupándose en aldeas, cerrando sus construcciones con muros y haciendo las casas con ventanas pequeñas y sin puertas que den a la calle, de modo de poder protegerse del frío y de las tribus salvajes de Rusia.
De a poco, el modo de vivir y de habitar de nuestros antepasados fue cambiando, a medida que descubrieron que estas tierras los recibían con un clima y una población mucho más amigable. Pero la vida dura – la sacrificada experiencia en las estepas rusas – marcó mucho el carácter de nuestra gente, y todo esto lo podemos reconocer en la casa y los elementos que se conservan en el Museo.