Este domingo 29 de enero representa una fecha muy importante para nuestra comunidad, ya que en ella recordamos la llegada de nuestros antepasados a estas tierras.

Fue un 29 de enero del año 1878 cuando, luego de un largo viaje, un grupo de más de mil alemanes del Volga se trasladaron desde Diamante hasta el campamento de la Colonia General Alvear, en la Chacra 100.

Durante alrededor de cinco meses habitaron en este campamento, muy básico y rústico. Fueron tiempos difíciles pero cargados de esperanzas y de un fuerte espíritu de comunidad y fraternidad.

Nuestros antepasados se ubicaron en tres galpones, y allí improvisaron colchones rellenando bolsas y lonas con espartillos. Pero como no había espacio para todos, algunos de ellos debieron dormir a la intemperie.

El gobierno entregó a cada familia una libreta de crédito, en la que se registraban los suministros básicos que se les brindaban para su subsistencia, hasta que lograran el auto sustento.  

Mientras duró su estadía en el campamento, los colonos fueron construyendo herramientas que utilizarían para la agricultura y rudimentarios carros, al tiempo que adiestraban los caballos.

Movidos por una fe que no flaqueaba, buscaban reconfortarse con los oficios religiosos. Para este fin, acondicionaron uno de los galpones. Y, además de esto, los domingos muchos caminaban 15 kilómetros hasta la Iglesia de Diamante para participar de la Santa Misa, llenando el templo y haciendo vibrar con sus cantos en alemán a la feligresía diamantina.

El sacerdote Lazarista Pedro Stollenwerk, con su prédica, fortaleció el espíritu de los inmigrantes, revitalizando su ánimo ante la adversidad.

Las crónicas relatan que reinaba entre ellos la unidad y la solidaridad, aunque pertenecían a regiones distintas del Volga (unos de Wiesenseite, región de llanura, y otros de Bergeseite, región de colinas), y eran unos católicos y otros protestantes luteranos.

Este espíritu solidario les permitió unirse en la pugna por lograr tener el tipo de organización que deseaban. Los colonos querían vivir en aldeas y, tras un período de tensión y negociaciones, lograron obtener el permiso del gobierno nacional.

Esto sucedió el 21 de julio de 1878, fecha en que quedó establecida la creación de las cinco aldeas: Valle María, Protestante, San Francisco, Spatzenkutter y Salto.