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Sigamos diciendo NO a la pirotecnia
La Nochebuena pasada fue una velada de festejos, que nos enorgullece saber que todos pudimos celebrar con alegría y sin que nadie se vea afectado por los ruidos molestos que ocasiona la pirotecnia.
Agradecemos y felicitamos a la comunidad por el espíritu solidario, por tener respeto y cuidado por los niños y adultos con trastorno del espectro autista, bebés, ancianos, personas convalecientes y animales, a quienes afectan especialmente las explosiones y ruidos fuertes.
Además de producir daños en la salud física y psíquica de las personas y de los animales, la pirotecnia es, también, generadora de un lamentable número de accidentes y lesiones en quienes la manipulan, están cerca o se ven involucrados indirectamente.
Si otros sufren, no es una fiesta
Para los festejos de Año Nuevo, apelamos nuevamente a la solidaridad y a la empatía. Seamos considerados con aquellos a quienes la contaminación acústica afecta de una manera particular. Y pensemos en otras maneras de celebrar, evitando así que otros pasen un mal momento o sufran daños en su salud.
Evitemos accidentes
Cada año en estas fechas, los artefactos de pirotecnia producen accidentes ocasionados por la manipulación inadecuada de ellos por parte de los adultos, o porque la realizan los niños, o debido al uso de elementos no autorizados por organismos competentes.
Dichas lesiones provocan muchas veces secuelas irreversibles, como cortes, quemaduras, pérdida de la vista, compromiso de la audición, etc. Para que esto no suceda, es imprescindible tomar conciencia y evitar el uso de pirotecnia.