El Museo y Monumento Histórico Nacional “Justo José de Urquiza” fue un sitio importante para la vida política del litoral. Te proponemos conocer sus escenarios emblemáticos.

 

Capilla

Construida como capilla u oratorio particular por el arquitecto italiano Pedro Fosatti, abrió sus puertas el 19 de marzo de 1959. Se destacan allí las magníficas tallas en madera (altar, púlpitos y palcos) realizadas por los tallistas españoles José Clusella y Pedro García; y la decoración de la bóveda, a cargo del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes.

 

Cocina

La cocina de hierro con detalles en bronce fue construida por Tomás Benvenuto en 1864, tiene cuatro hornallas y tres hornos. Ocupa el centro de la sala para el mejor aprovechamiento del espacio. Esta sala cuenta con sistema de agua corriente: un gran avance tecnológico para esa época. San José, además, contó con la primera instalación de agua corriente en el país.  

 

Sala de la tragedia

Se trata del dormitorio principal donde fue asesinado el General Urquiza, el 11 de abril de 1870. Allí, se exhiben diversos objetos personales de Urquiza, vinculados a la tragedia: entre ellos, una copia de la mascarilla donde se observa la perforación de la herida de bala que recibió en el rostro, antes de ser ultimado a puñaladas.

En el postigo de la puerta de entrada a esta sala, se observa “la mancha de sangre”, impresiones de dedos ensangrentados de una mano izquierda: presumiblemente, perteneciente al General Urquiza.

La esposa trasformó la habitación en un oratorio, bajo la advocación de la Virgen del Carmen.       

 

Sala de recepciones

Constituyó uno de los espacios más lujoso de la residencia. Se la llamaba comúnmente "sala de los espejos", por su cielorraso compuesto por más de cien lunas traídas de Francia. Es la sala donde el General recibía a ilustre visitantes y donde compartía con sus amigos y allegados festejos familiares. Se encuentra dividida por una mampara de vidrio y madera decorada, que la separa de la antesala.

 

Escritorio político

Designado como secretaría particular, fue el lugar de trabajo de Urquiza para sus funciones de Director Provisorio de la Confederación Argentina (1852-1854), luego como Primer Presidente Constitucional de la Argentina (1854-1860) y, finalmente, como Gobernador de Entre Ríos (1860-1864 y 1868-1870). Así, la residencia se transformó en un centro político de la época.