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Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado
"Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado" - Francisco Luis Bernárdez
En esta Semana del Árbol, compartimos con ustedes este bello relato que nos envía Nélida Paul, quien fue directora de la Escuela Espíritu Santo, en el tiempo en que se cumplían 100 años de la llegada de las Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo.
En este texto, Nely nos cuenta acerca del momento en el que se plantó la palmera pindó ubicada en la Plaza Centenario:
«El año 1995 fue muy importante para la Comunidad de Valle María y, especialmente, para la Congregación Hermanas Misioneras Siervas del Espíritu Santo, ya que se celebraba la llegada de las 1eras cuatro Hermanas a Argentina y más precisamente a Valle María, enviadas por el Padre Arnoldo Janssen. Su misión era fortalecer la fe de sus inmigrantes, los alemanes del Volga, evangelizando y formando particularmente a las niñas del pequeño pueblo.
Fue así que, con motivo del Centenario de la llegada de las Hnas., grandes fueron los festejos en Valle María. Este importante acontecimiento lo ameritaba.
Entre los actos religiosos, culturales y protocolares, el día 12 de noviembre de 1995, la entonces Apoderada Legal de la Escuela Espíritu Santo, Hna. Inna Cepeda, decide "plantar un árbol " precisamente una palmera, al frente del Colegio. En pleno acto – y ante la presencia de autoridades locales, Hnas. de todos los Colegios, maestros, alumnos, ex alumnos, padres – en un emotivo momento, la Hna. Inna, junto al presidente de la Cooperadora Escolar, Sr. Carlos Kranevitter, echan la raíz de esa palmera para que se alargue en lo profundo de la tierra, para que la nutra y ayude a ser más fuerte.
Hoy, después de 25 años, ella se luce erguida en el mismo lugar: en la Plaza Centenario, frente al Colegio, tal como fue el deseo de las Hnas.
Cabe acotar que la poetisa Hna. Inna era amante de la naturaleza, y en muchos de sus poemas aparece "el árbol" y sus raíces, identificado a la obra de las Hnas., que echaron raíces en Valle María con su educación evangélica, cultural y humana.
Dios y el tiempo quieran, permanezca por muchos años allí, soportando vientos y renovando ramas, y que también sea la mano del hombre quien la proteja.
Querido pueblo de Valle María: tomen como ejemplo el hecho de plantar un árbol y cuidarlo, como otra misión que tenemos en esta tierra.
¡¡¡Siempre en mi corazón!!!
Nélida Inés Paul»
Para celebrar la vida de esta palmera y lo que ella representa en nuestra comunidad, hoy la vestimos de fiesta. A continuación, compartimos algunas fotos.