El pasado viernes 29 de octubre, el Museo Regional Hilando Recuerdos se unió a los festejos de la Noche de los Museos, abriendo sus puertas para recibir a los visitantes con música en vivo, cerveza artesanal y puestos de comida.

La Noche de los Museos Entrerrianos se celebra cada año con el objetivo de acercar a la comunidad el patrimonio, el arte y la historia de nuestra región. Este año, las actividades tuvieron la característica de centrarse sobre la temática del agua.

Vecinos, vecinas y turistas pudieron – a través de fotografías, relatos y objetos presentes en el Museo – hacer un recorrido por la historia de nuestro pueblo; destacando, en esta ocasión en particular, la estrecha relación de nuestra comunidad con el agua, como fuente de vida.

También se disfrutó de la cerveza artesanal de Balconada, de la oferta gastronómica de Food Truck Qué tal,  de la música en vivo de Emiliano Leiker, Walter Riedel y Melisa Strauch, y el sonido brindado por DJ Asselborn. Agradecemos también la presencia del Grupo Raíces Alemanas.

 

El agua en nuestras vidas y en nuestra historia

La rica y extensa historia de nuestro pueblo ha estado siempre vinculada a un curso de agua. En la región de la actual Alemania, muchos de nuestros ancestros provenían de zonas próximas a los ríos Danubio y Rin y sus afluentes (Lahn, Lippe, Meno, Mosela). Por su parte, quienes vivían en los estados de Hessen, Baja Sajonia, Renania del Norte-Westfalia y Bremen se encontraban cercanos a los ríos Ems y Weser.

Al trasladarse a Rusia, se establecieron a las márgenes del río Volga y sus distintos afluentes; como por ejemplo el arroyo Carman, donde se organizaron varias aldeas, entre las que se encontraban Marienthal, Louis, Graf, Herzog y Rohleder.

En 1877 un gran grupo de familias emprende el viaje hacia las Américas, y muchos de ellos llegan aquí, a la Colonia General Alvear, donde nuevos ríos y cursos de aguas los reciben: el majestuoso río Paraná, y los arroyos de la región: la Ensenada, el Pelado, las Perdices, Salto, Las Arañas, y nuestro querido arroyo Crespo, sobre el cuál se establece nuestra aldea Marienthal.

De este modo, la historia del pueblo que migró dos veces deja ver el hecho de que, sin dudas, supo apreciar que “el agua es vida”.

Es nuestro deber recuperar la sabiduría de nuestros antepasados, cuidando y preservando nuestras fuentes de agua.